Ben Street (Kevin Hays )- All Things Are - (2021, Smoke Sessions)




Hoy  hablaré un poquito de una de las personas que me cambió la vida. 

Este disco fue grabado en 2021 por Kevin Hays (líder y piano), Ben Street (contrabajo) y Billy Hart (batería). 

Desde 2018 llevo escuchando y guardando en carpetas un disco novedoso por semana; y cuando digo "novedoso", no me refiero a un disco que nunca haya escuchado antes (que eso también), sino a un disco que haya salido en la misma semana en la que lo escucho. Son discos seleccionados por mi queridísimo amigo Diego Martínez de Pisón (sí, sí, es hermano del escritor). Diego tiene un gusto exquisito para la música de jazz, además de que sus preferencias suelen coincidir con las mías. 

Hubo unos años en los que tocaba la guitarra de manera casi profesional. En aquella época grabamos el disco Plaza Castafiore, que fue el primer disco de jazz grabado en Aragón, además de editar una revista especializada y muchas más cosas que forman parte de la historia de la música en Aragón (no os aburro con nuestras cosas). 

La historia es que estos discos los escucho de manera rápida, y a veces, cuando estoy fuera, se me olvida descargarlos. Pero, como mínimo, tengo unos cuarenta de cada año. De vez en cuando hay alguno que despierta mi curiosidad. Esos los vuelvo a escuchar más detenidamente y, en ocasiones, esta curiosidad se convierte en: "¡Este mola de verdad!" Entonces los guardo en una carpeta que he titulado FAVORITOS. A día de hoy, en esa carpeta tengo seis discos. Teniendo en cuenta que, durante estos años, he escuchado — haciendo un cálculo rápido— unos 350 discos, que solo tenga seis en mi carpeta FAVORITOS puede daros una idea de mi nivel de exigencia (jijiji). Bueno, la cosa es que este disco que os dejo hoy está en esa carpeta, y además, va con anécdota. 

Me apunté a un seminario de tres días junto a Ben Street, el contrabajista del disco. Por aquel entonces yo tocaba solo el bajo eléctrico. Al ver que él tenía un contrabajo, le dije que, aunque solo fueran tres días, me gustaría que me diera algunos conceptos para tocar el contrabajo. Hicimos una primera clase. Por la tarde, busqué un contrabajo para practicar las cosicas que me había dicho, y al día siguiente me dijo: "Tienes que apuntarte al conservatorio". 

Acabado el seminario, al día siguiente, nos fuimos a comprar un contrabajo. Ben me enseñó muchas cosas, sobre todo conceptos musicales que siempre me han acompañado. Yo le descubrí la horchata (¡le encantó, era vegetariano!). Entre Ben y Jimmy Left (otro que me marcó), me guiaron por un camino que ya nunca he dejado. Por aquel entonces ya empecé a seguir esta senda, que podría explicarla así: cuando eres joven y aprendes a tocar un instrumento, admiras mucho a los músicos por lo bien que tocan (eso también le pasa a gente que no toca ningún instrumento), y eso es lo que más valoras. Ni Ben ni Jimmy valoraban eso. Estuvimos en casa con Ben y le puse un vídeo de un grupo francés donde el virtuosismo era la norma, sobre todo un contrabajista francés que echaba fuego por las manos y a mí me dejaba alucinado. Ben negó con la cabeza. Me pregunté: ¿por qué? Me sorprendió mucho que un tipo como Ben Street, que tocaba tan bien y con una formación tan exquisita, no valorara aquello. Pensé durante mucho tiempo en ello, y finalmente lo entendí, y sobre todo lo sentí. Empecé a desechar músicos y discos. Muchos discos dejaron de gustarme. Comencé a seleccionar los discos por su música y no por los músicos que estaban tocando, y también a valorar a los músicos por la música que hacían y no por cómo tocaban. También llegué a la conclusión de que, de crío y adolescente, ya tenía este criterio. Los Beatles, la Creedence, Doobie Brothers, Pink Floyd y muchos más me gustaban por cómo sonaba el grupo, y no por cómo tocaban sus músicos (no me fijaba en estas cosas). Seguramente la influencia de cierta gente y el empezar a tocar un instrumento me llevó a olvidarme de que me gustaba la música, y pasé a valorar a los músicos por cómo tocaban y no por lo que tocaban. La cosa es que Ben me devolvió a la senda de la música y me enseñó a tocar el contrabajo desde ese mismo lugar. 

Ya no tengo más tiempo. Os dejo con esto y con este disco. Además de Ben, está Kevin Hays, que me parece un pianista de un gusto, delicado y de mucha imaginación. También está “Jabali” Billy Hart, que es uno de mis baterías favoritos de todos los tiempos. 

Cuando alguien me dice: "Ven a este concierto, el pianista, o el batería, o el guitarrista toca de puta madre", no me dice nada. A mí lo que me interesa es que la música que hacen sea de puta madre. (Claro que, sobre gustos no hay disputas, pero el mío —mi gusto, mi criterio— con los años está bastante definido y, para mi desgracia, la mayoría de la música que oigo sin haberla seleccionado me aburre. Por eso, raramente voy a conciertos random). Tened en cuenta que soy un raro, un señor mayor ya lleno de manías. 

Espero que estas palabras no influyan en vuestra manera de disfrutar de la música. Mi consejo es que recibáis la música con el corazón abierto y disfrutéis de vuestros gustos. No intentéis volveros unos intelectuales de este arte; intentad alejaros lo menos posible del niño que tanto disfrutó de la canción que os cantaba vuestra madre. Aunque nunca está de más ampliar la discoteca. 

Besitos, Tomás. 

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