viernes, 15 de mayo de 2015

AMSTERDAM (Jaques Brel, 1964)








Una canción preciosa de la cual hay esta única versión registrada en disco, directo en el Olympia en 1964, se dice que después de oír el resultado de aquella grabación en directo, intuyó que su fuerza radicaba, mucho, precisamente en el directo y entonces decidió que jamás la grabaría en estudio. Nunca la grabó en estudio. 
Brel es uno de los cantantes y compositores de música popular que más me gustan (como va a pasar con todos los que voy a ir colgando en esta sección). Se dice que vomitaba antes de cada actuación, pero eso me parece mucho, ya que mientras estuvo en los escenarios hacía más bolos que días tiene el año. Lo que está claro es que se dejaba la piel en cada actuación (sólo hay que ver las filmaciones de sus directos para darse cuenta de ello, la que os dejo es una muestra). Llevó como pianista arreglista a François Rauber, excelente músico y director de la orquesta. Como algunos sabéis, yo, toco acompañando a Paco Cuenca haciendo un repertorio de Brel, por lo que he tenido que escucharlo mucho (a Brel) y os aseguro que en ocasiones no debía ser nada sencillo seguirle, dado su ir y venir con las melodías, los arreglos se adaptaban a la perfección, cuando era necesario, para poder darle esta libertad que el cantante necesitaba en estas ocasiones. El gran Rauber convenció a Brel que dejase de tocar la guitarra en las actuaciones (yo también convencí a Cuenca de eso) y eso hizo nacer al teatral Brel. Rauber trabajó haciéndole los arreglos y tocando con él desde 1956 a 1978 (hasta la muerte de Brel), una simbiosis perfecta, Rauber embelleció las canciones compuestas por el cantante belga, una labor magistral.
A disfrutar, volveremos a visitar a Brel. Amsterdam, gran canción.
François Rauber, también arregló para Barbara, Juliette Gréco, Moustaki, Aznavour, incluso Sting, entre otros.

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