Este pasado 17 de julio su cabeza golpeó
con fuerza las teclas del piano, por un instante el público
pensó que eso entraba dentro de la dinámica del bolo, pero fue un
fallo en su corazón lo que provocó aquel último acorde de notas
cromáticas. John Taylor de 72 años ha muerto. Murió de forma
parecida a uno de sus ídolos (Bill Evans).
Hace
ya unos cuantos años que se coló en mí cajita de pianistas
favoritos y hoy, escribir de cualquier otro músico, escuchar
cualquier otra música donde John Taylor no sea protagonista pierde
todo sentido para mí.
Recuerdo
perfectamente cuando Diego, vuelto de unos días playeros (1993), días
que él siempre aprovechaba, mientras sus acompañantes se bañaban, para escuchar con el discman cedés
pendientes, me dijo (conociendo mis gustos) – tío tienes que
escuchar este disco, te va a encantar – No era otro que You
Never Know (ECM), una
música que aunque liderada por el batería, podría pasar
perfectamente por un disco del pianista, tanto a Peter Erskine como a
Palle Danielsson los conocía perfectamente (Danielsson era en aquel
momento mi contrabajista de cabecera), primero me sorprendió el
cambio de Erskyne en su forma de tocar y también que plantease un disco como
aquel, con aquella música (la última vez que lo había oído, su estilo, estaba más cerca del rock que del Jazz) pero sobre todo me enamoré del fabuloso y personal pianista,
un tipo que he buscado y con el cual he braseado profundamente a
todos mis colegas. You
Never Know es
un cedé que he escuchado cientos de veces, después de aquel han
venido innumerables discos donde estaba el de Manchester (John
Taylor), ahora recuerdo uno que compré en Perpignan en una tienda de harmonia mundi (escaneo y os dejo la foto de la contraportada abajo, me encanta esta foto) en este tocaba junto a su compañero de fatigas Kenny
Weeler y Riccardo del Fra (otro gran contrabajista). Podría estar
enumerando discos y discos y más cosas sobre él, pero no es este el
espacio. Creo. Os dejo con un tema de aquel fabuloso y revelador
disco.
Con
él (Taylor) me ha pasado algo curioso, una cosa que suele sucederme con algunos de los pianistas
que viven en mí y no es otra que intentando convencer, de mostrar
su grandeza y espiritualidad, por muchas brasas (charlas pesadas) que
he dado a los pianistas que me cruzo (a otros músicos y gentes
oyentes de Jazz también se las he dado), no han sabido ver en Taylor
(los pianistas) la autenticidad y la hermosura de su música, claro
que esto también me ha pasado con Jarrett y eso me reafirma que los
pianistas son seres (algunos de los que conozco) con poco corazón.
Jiji. Ellos se lo pierden.
Taylor
se ha despedido dando este tenso e impreciso último acorde frente al público de Segré, pero por suerte, ha
dejando millones de notas grabadas, improvisaciones sublimes que
siempre podremos volver a oír o escuchar por primera vez. Gracias
por haber existido. Taylor, un grande que ha llenado mi corazón en
multitud de ocasiones, hoy también.
Taylor - Fra -Wheeler
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