viernes, 24 de julio de 2015

NEW OLD AGE (John Taylor 1992)




Este pasado 17 de julio su cabeza golpeó con fuerza las teclas del piano, por un instante el público pensó que eso entraba dentro de la dinámica del bolo, pero fue un fallo en su corazón lo que provocó aquel último acorde de notas cromáticas. John Taylor de 72 años ha muerto. Murió de forma parecida a uno de sus ídolos (Bill Evans).
Hace ya unos cuantos años que se coló en mí cajita de pianistas favoritos y hoy, escribir de cualquier otro músico, escuchar cualquier otra música donde John Taylor no sea protagonista pierde todo sentido para mí.
Recuerdo perfectamente cuando Diego, vuelto de unos días playeros (1993), días que él siempre aprovechaba, mientras sus acompañantes se bañaban,  para escuchar con el discman cedés pendientes, me dijo (conociendo mis gustos) – tío tienes que escuchar este disco, te va a encantar – No era otro que You Never Know (ECM), una música que aunque liderada por el batería, podría pasar perfectamente por un disco del pianista, tanto a Peter Erskine como a Palle Danielsson los conocía perfectamente (Danielsson era en aquel momento mi contrabajista de cabecera), primero me sorprendió el cambio de Erskyne en su forma de tocar y también que plantease un disco como aquel, con aquella música (la última vez que lo había oído, su estilo,  estaba más cerca del rock que del Jazz) pero sobre todo me enamoré del fabuloso y personal pianista, un tipo que he buscado y con el cual he braseado profundamente a todos mis colegas. You Never Know es un cedé que he escuchado cientos de veces, después de aquel han venido innumerables discos donde estaba el de Manchester (John Taylor), ahora recuerdo uno que compré en Perpignan en una tienda de harmonia mundi (escaneo y os dejo la foto de la contraportada abajo, me encanta esta foto) en este tocaba junto a su compañero de fatigas Kenny Weeler y Riccardo del Fra (otro gran contrabajista). Podría estar enumerando discos y discos y más cosas sobre él, pero no es este el espacio. Creo. Os dejo con un tema de aquel fabuloso y revelador disco.
Con él (Taylor) me ha pasado algo curioso, una cosa que suele sucederme con algunos de los pianistas que viven en mí y no es otra que intentando convencer, de mostrar su grandeza y espiritualidad, por muchas brasas (charlas pesadas) que he dado a los pianistas que me cruzo (a otros músicos y gentes oyentes de Jazz también se las he dado), no han sabido ver en Taylor (los pianistas) la autenticidad y la hermosura de su música, claro que esto también me ha pasado con Jarrett y eso me reafirma que los pianistas son seres (algunos de los que conozco) con poco corazón. Jiji. Ellos se lo pierden.

Taylor se ha despedido dando este tenso e impreciso último acorde frente al público de Segré, pero por suerte, ha dejando millones de notas grabadas, improvisaciones sublimes que siempre podremos volver a oír o escuchar por primera vez. Gracias por haber existido. Taylor, un grande que ha llenado mi corazón en multitud de ocasiones, hoy también.


Taylor - Fra -Wheeler

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