viernes, 29 de mayo de 2015

FRAGMENTO DE LA PARTITA Nº2 DE BACH (Glenn Gould 1960)

Gould estudiando.

Glenn Gould nacido el año 1932 en Toronto, Canadá, un país que por aquel entonces no era muy prolífico en músicos de fama mundial. También estaba Oscar Peterson (hablaré del pianista negro canadiense otro día). Posiblemente fue niño prodigio, aunque tanto él como sus padres lo niegan. Criticaban, sus padres, a los padres de estos niños y entre ellos al de Mozart y el teatro que había hecho con sus hijos llevándolos por todos lados cómo si fuesen un espectáculo de feria. No dejaron que el niño Gould tocase en directo hasta los 15 años, en realidad hasta los 16 ante el gran público. Era un tipo muy especial, entre muchísimas cosas especiales durmió con su madre hasta bastante mayor, relegando a su padre a otra cama (no recuerdo ahora hasta que edad, ya lo diré otro día, porque de Gould seguro que vuelvo a hablar).
Un hecho relevante en su carrera (entre otras cosas): fue concertista de gran nivel pero un buen día decidió dejar de serlo, optó por librarse de la presión de estar expuesto a la evaluación de crítica y público del directo; ya por aquel entonce empezaron a surgir grabaciones de buena calidad, resolvió no volver a dar un concierto y pasar a grabar su música en estudio (también se le puede ver en programas de televisión, entrevistas, documentales e incluso hay alguna película de su vida). Tiene un sinfín de discos editados donde destaca interpretando la obra de Bach, pero también podemos encontrar discos tocando a otros grandes compositores (hay uno de Mozart en cuyo libreto tiene una supuesta conversación (Gould) con el autor y le cuenta por qué toca de esta manera sus composiciones, cambiando tempo y matices), incluso alguna cosa suya, es fácil oírlo en varias películas, muchos directores de Hollywood lo han utilizado en sus bandas sonoras. El sonido picado de su piano siempre va acompañado del chirriar de la vieja silla que utilizaba para tocar (un día contaré la historia de la silla) y habitualmente del murmullo de su voz acompañando, navegando entre las dos manos, canturreando las voces de Bach, cosas éstas que no gustan a algunos aficionados.
Me encanta Gould y he escuchado y leído mucho sobre él, incluso lo he utilizado de acompañante, podría estar hablando mucho rato de su vida, pero por hoy me parece más que suficiente.
Estaba dudoso (yo) de colgar un vídeo de un Gould ya mayor tocando una fuga de las variaciones Goldberg o este que muestra algo de su carácter y su manera de estudiar en el piano de la casa de campo de la familia (en otro momento os hablo del piano de las imágenes y del perro).


El próximo viernes más sobre otro y su música.

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